Érase una vez un rey bueno y generoso, y una noche tuvo un sueño; pero no fue un sueño normal, sino uno de esos sueños tan claros, pero tan claros, que cuando despiertas te dejan pensativo. En él, vio que alguien con ojos brillantes lo miraba con intensidad y le hacía algunas preguntas. Al despertar, como pasa en muchos sueños, se acordó solamente de esos ojos brillantes y de las cuatro preguntas que esta persona le hizo:
¡Oh Rey!,
¿Cuál es el momento más importante?
¿Cuál es el lugar más importante?
¿Quién es la persona más importante?
¿Cuál es la cosa más importante por hacer?
Y, justo en ese momento, despertó. Porque en el sueño nunca las escuchó, y él mismo no estaba seguro de las respuestas, pidió a sus consejeros y ministros que se reunieran para comprender cuáles podrían ser las respuestas correctas.
Después de un largo debate que tomó un día entero, el primer ministro, llevó las respuestas al rey.
‘Mi rey, hemos discutido mucho y todos llegamos a estas respuestas a las preguntas que nos entregaste.
¿Cuál es el momento más importante? Fue el día de tu coronación, cuando te volviste nuestro Rey.
¿Cuál es el lugar más importante? Es el palacio real, pues este es el centro de todo tu poder.
¿Quién es la persona más importante? Tú, mi Rey, eres la persona más importante.
¿Cuál es la cosa más importante por hacer? Expandir siempre más tu reino’.
Después de que el primer ministro se fue, el rey se quedó mucho más pensativo que antes. Sin duda las respuestas que le habían llevado eran todas lógicas y legítimas, pero él, siendo un hombre justo y sabio y considerando la intensidad del sueño, esperaba más, algo diferente, algo nuevo y desconocido lleno de sabiduría.
Todo el día y al día siguiente se le vio caminar en el jardín real, pensativo y callado. El primer ministro, que era un buen hombre y además conocedor de la naturaleza humana y del rey en particular, se le acercó y le dijo: ‘Mi Rey, sé que estás pensando en las preguntas que recibiste en el sueño, así que para estar seguro de que tuviste las mejores respuestas, podrías visitar al Gran Sabio de la montaña, él vive a medio día a caballo de aquí, en completo aislamiento en una cueva. Nadie sabe de dónde vino ni cuántos años tiene, pero se dice que es muy, muy viejo y que tiene grandes poderes. Él es la persona que con toda seguridad podrá responderte.’
El rey, que era un hombre que tomaba en serio su vida y sabía transformar de inmediato sus pensamientos en acciones, decidió visitar lo más pronto posible al más sabio de su reino. Al día siguiente antes del amanecer, con solamente escoltado por pocos hombres, se puso en marcha. Al llegar a los pies de la montaña, por respeto al Gran Sabio, dejó a sus hombres armados, y continuó solo para hallarlo. La subida les tomó tres horas, y llegó cansado a la entrada de la cueva. Tan deseoso estaba de encontrar al Gran Sabio que entró inmediatamente y vio a un hombre meditando. Su cara adornada por cabellos largos y una barba blanca y suave, daban la sensación de una gran paz, aunque su cuerpo parecía el de un guerrero, tuvo la impresión que su cuerpo emanaba una luz que nunca había visto en nadie. Aunque no había incienso prendido o flores, había en la cueva un olor que parecía una mezcla de sándalo y rosas.
Aún siendo él el rey, en frente de tal sabio se sintió como un pequeño chico, y se quedó fascinado mirándolo, sin ni siquiera pensar en molestar su meditación. Se sentó tranquilo y sin afán esperó en una esquina de la cueva. Pasó una hora, y después otra, y como ya estaba atardeciendo, en poco tiempo la cueva quedó en la oscuridad. Siendo él un hombre práctico, y porque estaba determinado a resolver el misterio de las cuatro preguntas, se quitó el turbante, se sacó la espada y se acostó a dormir en esa misma esquina.
La mañana después los cantos alegres de los pájaros lo despertaron. Miró hacia el Gran Sabio, que ya no estaba en su lugar, entonces salió a buscarlo. Afuera, encima del monte, con el aire fresco y puro, se sintió contento y lleno de energía. Aunque había dormido en el piso duro, esta vez nadie había venido a contar las malas noticias de lo que había acontecido en el reino, ni había escuchado los ruidos que siempre llenaban el castillo. La cueva, que estaba cerca de un abismo, dominaba el valle. Ríos y forestas, como en llama por el sol que lo empezaba a iluminar, creaban una visión de ensueño. Esa inmensidad y belleza lo emocionó y se sintió muy agradecido de ser el rey de tan hermoso reino. Fue en ese momento que le vino a la mente la cuarta pregunta del sueño y de pronto llegó a su mente la respuesta que supo correcta.
Todavía con la mente en ese pensamiento, sintió que alguien le tocó el hombro; reconoció al Gran Sabio apuntando hacia su garganta con una espada, la misma que él había dejado en la cueva. Siendo un hombre práctico y acostumbrado al peligro, se dio cuenta que en ese momento no tenía ningún poder; sus hombres estaban lejos y, por una parte, tenía una espada en su garganta, y por otra parte estaba el abismo. ¿Qué hacer?
Miró fijamente los ojos brillantes del gran Sabio quien dijo:
¡Oh Rey!,
¿Cuál es el momento más importante?
¿Cuál es el lugar más importante?
¿Quién es la persona más importante?
¿Cuál es la cosa más importante por hacer?
El rey se quedó pasmado. ¿Cómo era posible que el gran Sabio supiera esas preguntas? En ese preciso momento, quedándose en un estado de sin-mente, todos sus pensamientos desaparecieron. Como hechizado por los ojos del gran Sabio, supo que eran los mismos ojos de su sueño y en ese momento todo fue claro.
… El rey había ‘entendido’.
Cuando el gran Sabio vio ese brillo en los ojos del rey, sonrió, le regresó la espada y le dijo: “Ya sabes. Ahora puedes volver a tu reino y usar estos cuatro secretos de la felicidad para el bienestar de tu pueblo”.
Sin más que decir, se volteó y entró en la cueva a meditar.
Regresamos a nosotros. ¿Qué entendió el rey?
¿Cuál es el momento más importante? La respuesta correcta es: ‘El momento más importante es el AHORA.
El tiempo existe solamente en tu mente, cuando piensas en algo que ha pasado o que debes hacer. Pero si tu mente no está todo el tiempo activa, tu Conciencia está en control, y si vives en el instante presente, en él no hay tiempo; y el instante de no-tiempo es el ahora.
Debido a que el Rey estaba sin opción, en ese instante su mente se congeló, supo que el momento más importante es el AHORA.
Pensamos que hay pasado y futuro, ¿Cuándo lo pensamos? En el Ahora, donde no hay ni pasado ni futuro. A parte del AHORA, el resto es una historia de tu mente y la calidad de tu vida depende de si sabes quién eres realmente y si te dejas influenciar por esa historia.
¿Cuál es el lugar más importante? La respuesta correcta es: ‘Donde estás en este momento’.
Si estás en ese lugar es porque es tu samskara estarlo, entonces es el mejor y el más apropiado para ti.
¿Cuántos de nosotros pensamos y somos conscientes todo el tiempo del espacio físico donde existimos?, ¿y qué más da si nos encontramos en paz y en armonía en el mismo instante y el mismo lugar donde estamos, o sea, en el presente?
¿Quién es la persona más importante? La respuesta correcta es: ‘con quien estás en este momento’
En este caso, ¿Es el rey o el sabio con la espada? La respuesta correcta es, ambos. Universalmente, ¿Quién es la persona perfecta con quien relacionarte? En general se escoge la persona más amada, o la que hace reír más, o la más amable. ¿Te has preguntado por qué muchas veces te quejas, o raramente estás satisfecho(a), cuestionando por qué el ‘destino’ te pone al lado personas que no quieres? Pero, en realidad, la persona perfecta es aquella que está contigo en este momento, ¡la más cercana! ¿Por qué? Porque hay tiempo cuando estás solo(a) y tiempo cuando estás con alguien más. Si estás solo(a), ¿Con quién estás? Contigo mismo(a). Al mismo tiempo si estás con alguien, por el simple hecho que esta persona YA está contigo, es parte de tu destino y, en ese momento, es para ti la persona más importante del universo con quien compartir ese tiempo.
¿Cuál es la cosa más importante por hacer? La respuesta correcta es: cuidar a los demás y darles cariño y Amor’.
Cuando el rey estaba observando la belleza de su reino pensó: ‘Yo soy el rey, muchos dependen de mí, y es mi deber y privilegio servir a mi pueblo.
Una vez le preguntaron a una persona de gran sabiduría, en su lecho de muerte. ¿Qué me puedes decir de la vida?, ¿cuál es la esencia de toda tu sabiduría? ‘Ser un poco más amable’, fue su respuesta.
También tú, como muchos, ¿Vives esperando un momento especial, ‘ese’ momento perfecto que tal vez vendrá ‘muy pronto’?, ¿también tú tienes esa esperanza que te hace vivir en el futuro y con la expectación que -tal vez- el próximo va a ser ‘el’ momento perfecto que tanto estás buscando?
Te pregunto, ¿Quién te puso en la cabeza que debes gastar tu tiempo —el verdadero—esperando ese momento efímero que tal vez nunca llegará? ¿y por qué debes esperarlo y no vivir YA cada momento, no como momentos ordinarios, sino como momentos perfectos?
Como humano, vives atrapado en las tres dimensiones de tiempo, espacio y persona que te acompañan en toda tu existencia. Como no son tres variantes que puedes manejar y, aún menos controlar, caes en el lugar común de quejarte de ellas.
En una infinidad de quejas, si hace frío quieres calor, si estás en la playa tienes ganas de estar en el monte, si estás con una persona te gustaría estar con otra, si te dan una comida, quieres otra, además te quejas del por qué naciste en ese cuerpo, o en ese país o por qué ese tipo se volvió presidente…. Mirándote, si multiplicas esas quejas por 7.5 billones de personas y otra vez las multiplicamos por muchas veces al día, entenderás por qué la vibración que te rodea es tan PESADA.
¿Y por qué todas estas quejas? Porque es así como funciona tu mente. Ella, no puede ni sabe existir en el presente; puede solo vivir y correr o en el pasado o en el futuro. ¿Has notado que la mayoría del tiempo andas como un avión con piloto automático y, sin estar plenamente consciente de lo que pasa a tu alrededor, hace que tu vida pase sin dejar trazas?
¿Has notado cuando una persona de edad dice amargada: ‘Ay que vida tan dura’?
Esa persona tiene razón. Pero, ¿Por qué la suya fue una vida dura? Porque, aún estaba sujeto a tiempo, espacio y persona, raramente se sintió a gusto con el cuándo, el dónde y con quién estaba.
¿Alguna solución para evitar esa vida miserable y desperdiciada?
Analicemos primero las tres variantes que nos ‘torturan’.
Si en cada instante aprendes a estar en el eje de esas cuatro variantes y vives a conciencia y armonía en el momento presente, pensando que estás en el lugar perfecto, existiendo en el tiempo perfecto y compartiéndolo con la persona ideal para ti en ese instante, abrirás las puertas a una gran felicidad.
¿Te puedes imaginar la paz que tendrías si aplicas correctamente estos principios? Ya no habría tiempo ‘malo’, ni personas que no te gustan, ni un ambiente sería mejor que otro. Ya no habría rabia, ansiedad, búsqueda de mejores momentos, de personas ideales, de amor, odio, complejos de superioridad, inferioridad o miedo porque ninguno de ellos podría sobrevivir en el momento presente, en paz, y donde todo es como debe ser, perfecto en sí mismo, único e irrepetible.
¿Todo aquí? ¡Sí, todo aquí!
Esta es parte de la Esencia de la Esencia y es muy sencilla. Todo lo que se acerca más y más al UNO, donde hay la Paz Absoluta, antes de las ondas constantes que crean este universo, debe ser sencillo.
Parece muy fácil entender todo esto, ¿verdad? Lo es y has podido ver que en los momentos cuando estás en control, tu conciencia manda y tu mente no existe. Pero, ¿Por qué entonces no eres capaz de ponerlo en práctica sino por pocos instantes pasajeros? Y, además, ¿puedes hacerlo también cuando el mundo te llama? No, porque tu mente aparece otra vez, poderosa, casi invencible… y tú continúas en este mundo dominado por los sentimientos que prolongan su danza y que te hacen sufrir.
Cuando estás consciente, en el ahora, hay una gran paz, todo es perfecto, tranquilo, no hay ondas ni penas, ni miedo ni ansiedad. Todo está en armonía y sientes que no podría existir nada más que lo que estás viviendo en ese momento.
La vida empieza a teñirse con miríadas de colores, los sabores entran en cada célula de tu ser, los sonidos cantan una sinfonía que, siempre ha existido a tu alrededor, pero que nunca habías escuchado; de repente entiendes que, dentro de cada visión, sonido u olor, hay silencio, hay una paz infinita que te toca el Alma, que te hace sentir la hermosura de la creación, en su Creador y Fuente Divina de esa paz.
Tu consciencia siente una ternura emocionante, un anhelo tan grande de fundirse en el Ser Supremo y tu alma se eleva. De repente la antigua memoria de quién eres de verdad regresa, se vuelve siempre más fuerte, y entonces sabes con seguridad quién has sido siempre.
Es en ese momento que, como una pequeña llama que no puede resistirse al deseo de fundirse con la Gran Llama, el Fuego Infinito que todo lo quema y que todo lo vuelve Él, quieres amar, volverte Amor, ser Amor, en una danza cósmica llena de Dicha y Bienaventuranza Infinitas.
Lo que acabas de leer es solo una pequeña parte de qué es la soledad. En la página principal dedicada a este tema podrás comprender mejor cómo entenderla y vencerla, y a su vez cómo usarla a tu favor y disfrutarla.
Lee el próximo artículo de esta serie: 4.6. ¿Qué Hacer a Nivel Espiritual?
3 Comments
Este artículo me refuerza sobre el valor del presente, de vivir aquí y ahora, siendo consciente del espacio,tiempo y persona. Muchas veces por estar pensando en el pasado o en el futuro olvido que el presente es lo único que tenemos.
Excelente este historia! Cada vez que la escucho me gusta más y me recuerda de lo importante que es vivir en el presente, saber que el Ser Supremo sabe que es lo que necesitamos y por eso siempre estamos en el momento perfecto, con las personas perfectas ,en el lugar perfecto!
Una gran reflexion es lo que me provoco, cuantas veces me perdi de vivir el momento
ahora este mensaje me hace estar mas atenta y conciente , valorando y dando gracias por este momento, por esta informacion y por la existencia de Dada. gracias DIos
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